¿Le ha pasado que llega el final de quincena y dos días antes se encienden las alarmas porque la billetera está vacía? En la mayoría de los casos, lo peor es que ni siquiera sabe en qué se le fue el dinero.
El primer paso para tener finanzas personales sanas es ordenarse con los gastos. Es importante saber con exactitud en qué se nos va el dinero, desde los montos grandes hasta los más pequeños, que también pueden terminar haciéndole un agujero enorme al bolsillo.
La forma de controlar esto es llevando un presupuesto. Si nunca ha hecho uno, no se alarme: es más sencillo de lo que puede pensar.
El primer paso es aprender a clasificar sus gastos. Hay que saber distinguir prioridades: no es lo mismo pagar el alquiler del apartamento que salir a comer a un restaurante o renovar parcialmente el clóset.
Veamos cuáles son las categorías.
Se trata de aquellos gastos que deben pagarse obligatoriamente, pues no hacerlo acarrea consecuencias peligrosas o hasta desastrosas (a nadie le gusta quedarse sin luz). En términos generales, se incluyen los siguientes:
Trabajadora doméstica: Lo que se puede variar es la cantidad de días u horas a la semana.
Tarjetas de crédito: Aunque inicialmente es un gasto obligatorio (si no lo hace, tendrá a alguien llamándolo todos los días), se debe hacer el esfuerzo de amortizar y así cada vez será un gasto menor
Buseta escolar: Tal vez en algunos meses se pueda recurrir a otras opciones, como el transporte público o los vehículos familiares (lo cual también implica otros gastos).
Siempre aparece algún gasto no programado y por ello es bueno incluir en el presupuesto algo que nos saque de apuros.
Reparaciones: Pueden ser de la vivienda o del vehículo y, aunque es imposible pronosticar con exactitud, contar con un "colchón” al menos será una ayuda inicial.
Seguros: Adquirirlos podrá traerle importantes ahorros posteriores; ahora hay muchas opciones en el mercado para casa, carro, etc.
Pensión voluntaria: No importa la edad que tenga, ¡empiece a hacerlo cuanto antes!
Ahorro: En el presupuesto tiene que haber un “cajón” especial dedicado a este importante hábito.
Recreación: La familia tiene derecho a pasear y salirse de la rutina, siempre que se pueda presupuestar.
Vacaciones: Aunque siempre se dice que las mejores experiencias son las que no se planean o se hacen a última hora, cuando se trata de un viaje a la playa o fuera del país, definitivamente debe estar bien calculado y presupuestado.
Ropa: Se puede estrenar sin salirse del presupuesto, siempre que se haga con orden y sin ceder a los impulsos costosos.
Otros: Ir al estadio o a un concierto, comer fuera de la casa, etc. Todo se puede hacer, pero de manera ordenada.
Este ejercicio es importante para saber en qué se nos va el dinero y, si es del caso, dónde podemos recortar para mejorar el ahorro.
Una vez con la lista hecha, ya está preparado para sumar y hacer el presupuesto. En este otro artículo se lo explicamos en detalle. ¡Acompáñeme!
Fuentes: Eugenia Meza, gerente de Mucap, Sylvia Chaves, jefa de Sostenibilidad del Banco Nacional y José Pablo Enamorado, jefe de Asesores Financieros y Captación de Grupo Mutual.
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