Dígales no a las "garroteras": las razones por las que solo debería pedir préstamos en entidades formales

29 de julio de 2019
Hagamos Números

Dígales no a las "garroteras": las razones por las que solo debería pedir préstamos en entidades formales

En un momento de necesidad, muchas personas caen en la tentación de solicitar dinero a prestamistas informales, también conocidos como “garroteras”. Este error lo terminan pagando muy caro y la gran mayoría se arrepiente de haber dado semejante paso.

La primera señal de que algo anda mal con los préstamos informales es el propio apodo que reciben: son un auténtico “garrotazo” al bolsillo por los intereses y demás condiciones abusivas sobre la persona que solicita el dinero.

 


Mucha gente evita ir a una entidad formal (como los bancos) pensando que le van a pedir demasiados requisitos, que la van a bombardear con preguntas o que los trámites son muy complicados. En realidad, casi todos esos temores están basados en ideas sin fundamento.

Ahora es posible solicitar información, ver requisitos e incluso aplicar a créditos a través de Internet, sin moverse de la casa.

 

Empecemos por lo básico: las entidades formales están bajo la supervisión de la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef), lo cual implica una serie de garantías.

 

  • Están obligadas, por ley, a brindar toda la información de manera transparente, incluyendo cada una de las cláusulas.
  • Cuentan con mecanismos de resolución de conflictos, desde contralorías de servicio u oficinas de atención al cliente de los bancos hasta la Oficina del Consumidor Financiero, que permiten atender quejas y mediar cuando se presenta un problema.
  • Sus intereses son más bajos que los de prestamistas informales, aun cuando se trata de tarjetas de crédito o líneas de consumo.

 

 

En la lista de entidades reguladas podemos mencionar los bancos públicos y privados, las cooperativas de ahorro y crédito, y las mutuales, entre otras. Usted puede revisar la lista completa de entidades financieras ingresando a este link.

 

En cambio, los prestamistas informales salen de la sombrilla de la regulación y actúan por la libre. Los vemos en anuncios colocados en postes, en el periódico o también en páginas de Internet o Facebook.

 

Estos “garroteros” se aprovechan de la necesidad de las personas y de su falta de información para ofrecer créditos, en teoría, sencillos de obtener. Juegan con la ilusión de que recibirá pronto el dinero, sin darse cuenta de todo lo que le van a pedir a cambio.

 

Hagamos los números: un préstamo de ₡300.000 puede pagar ₡8.750 por mes en intereses, al 35% anual, si se trata de una entidad formal.

 

Con un “garrotero”, ese mismo crédito de ₡300.000 pagará ₡15.000 por mes en intereses si lo consigue al 60% anual. Recuerde que hay otros con intereses todavía más altos.

 

También hay “garroteros” que prestan contra una garantía, por ejemplo una casa, un carro, un lote, etc. Sin embargo, mientras en una entidad formal los créditos hipotecarios pueden andar alrededor del 10%, con un prestamista se pueden disparar como mínimo a 36%, aunque posiblemente sea más.

 

Una de las trampas que utilizan los informales es anunciar cuál es la tasa de interés mensual, y no la anual, como se acostumbra en nuestro país. De esta forma, un tipo de interés del 66% anual se transforma en una tasa de "apenas" 5,5% mensual, que suena mucho menos abusivo.

 

Veámoslo, además, con la cuota: a una persona le puede sonar razonable pagar ₡13.750 por quincena para un préstamo de ₡500.000. Resulta que eso es un interés de 66%, muy superior al que le cobraría cualquier banco, mutual o cooperativa. En solo un año terminaría pagando ₡330.000 sin haber amortizado ni un solo colón.

 

Hay casos todavía peores: hay quienes van donde un “garrotero” a pedir dinero no para una emergencia, sino para consumo; por ejemplo, para comprarse una pantalla plana, irse de vacaciones o adquirir ropa nueva. ¿Realmente vale la pena?

 

En un futuro artículo de nuestro blog, hablaremos sobre los métodos de cobro, algunas veces violentos, que lamentablemente utilizan ciertos "garroteros". ¡Siga visitando nuestro sitio web!

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