Cómo conocer y controlar los “gastos hormiga”

04 de julio de 2019
Hagamos Números

Cómo conocer y controlar los “gastos hormiga”

Están ahí para devorar salarios de una manera silenciosa y, en algunos casos, hasta llegan a generan problemas financieros: son los llamados “gastos hormiga”. En este   artículo de nuestro blog Hagamos Números, vamos a explicar en detalle en qué consisten. 

La mayoría de la gente tiene una idea de cuáles son los gastos más grandes en los que debe incurrir cada mes. Hay unos muy obvios, como pagar el préstamo de la casa o el monto del alquiler.
 

También sabemos que están los recibos (agua, luz, Internet, etc.) y, en el caso de las familias, los rubros asociados a los hijos: desde la mensualidad, si están en un centro privado, hasta la buseta de transporte.
Hasta ahí, todo bien. Sin embargo, puede que haya llegado a fin de mes y sienta que el dinero se le terminó yendo en algo más. Usted hace memoria y no encuentra salidas de compras, excesos en el fin de semana ni paseos. Entonces, ¿qué paso?

Aquí es donde entran los famosos "gastos hormiga". Empecemos por uno muy común: la salidita para ir a tomar café a media tarde. ¿A quién no le gusta hacer esa pausa por ahí de las tres y tertuliar en medio de bocadillos y tazas humeantes?
 

Pensemos en que, dependiendo del lugar, ahí se pueden ir alrededor de ₡1.800, en promedio; algunos días será más. En todo caso, ese monto -que a veces hasta pagamos con unas monedas- no parece que le fuera a desquiciar el presupuesto a nadie. Sin embargo, lo normal es que vayamos a cafetear cada día de la semana, al menos de lunes a viernes. Ya se transformó en un hábito, así que esos ₡1.800 se van a terminar convirtiendo en un “hormiguero” bien grande. ¿Quiere que hagamos los números?


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Si a las 52 semanas del año les restamos dos de vacaciones y dos más por Semana Santa o fin de año, digamos que quedan 48; eso equivale a 240 días laborales.  Ahora, restemos cinco feriados y nos quedan 235 días. Pensemos, también, en que algunos días nos brincamos el cafecito, y hagamos el cálculo sobre 220 días. Entonces, los ₡1.800 se terminaron convirtiendo al final del año en casi ₡400.000.
Nada más imagínese todo lo que podría hacer con ese dinero: desde pagar el marchamo hasta renovar el clóset o darse una buena escapadita a la playa.
Otro gasto hormiga son las visitas al centro comercial o la tienda. Nos damos una vuelta y solo terminamos comprando un artículo pequeño (ropa, juguetes, etc.), tal vez de menos de ₡5.000, y por eso pensamos que nos fue bien desde el punto de vista de ahorro.
 

No obstante, si nos ponemos a sumar cada una de esas visitas, al final del mes o del año también será un monto considerable. Si lo hacemos tres veces al mes, al final del año habremos gastado más de ₡180.000 sin que nos hayamos dado cuenta.

Ahora, no se trata de limitarse al extremo de no poder ir a tomarse un café. Aquí la idea es estar conscientes de lo que representan esos gastos en el largo plazo y del impacto que tienen en las finanzas personales.

Siempre es posible buscar sustitutos que permitan defender la billetera, por ejemplo, llevar algo de la casa para la hora del café, de manera que nos salga más barato, o bien programar las visitas a la tienda de manera que siempre estemos en control de lo que se terminará gastando.
La principal trampa de los "gastos hormiga" es, precisamente, que son muy pequeños. De manera individual no representan mayor cosa, pero cuando se repiten en el tiempo sí pueden convertirse en una carga pesada.


Tomar el control de sus finanzas personales consiste en saber cómo gasta el dinero. ¿Tiene identificados los gastos hormiga? Puede comentarlo con sus personas más cercanas… y de paso les habla de este blog.

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