Así se forma una bola de nieve financiera

04 de julio de 2019
Hagamos Números

Así se forma una bola de nieve financiera

¿Recuerda, en películas animadas, cuando una pequeña bola de nieve salía rodando y se iba haciendo grande hasta terminar por aplastar a una persona o una casa? Lo mismo puede ocurrir con las deudas: empiezan como algo pequeño y terminan arrasando con los bienes y la tranquilidad de una familia. Aquí le explicamos cómo ocurre algo así y las formas de evitarlo.

 

Todo empieza con una deuda que podríamos considerar normal o asumible. Digamos que la persona gana ₡600.000 (ya netos) y el préstamo de la casa le consume ₡130.000. Eso equivale al 21%, lo cual es una cifra razonable que debería afrontar sin problemas.

Pero imaginemos que la persona decidiera seguir acumulando deudas: por ejemplo, una tarjeta de crédito o un préstamo personal. Todos estos compromisos le van restando capacidad de pago, aunque tal vez ella está tranquila porque llega bien a fin de mes.

 

Resulta que un día ocurre un imprevisto, ya sea una situación médica o algo con el carro. Entonces, ese mes ya no pudo hacerles frente a todos los compromisos y, para salir del atolladero, pidió un préstamo adicional para pagar al menos una parte de los ₡130.000 del préstamo de la casa.

O puede que, más bien, se haya atrasado dos meses, lo cual significa que deberá financiarse para pagar los ₡260.000, un monto -sin duda- más considerable. Tiene una nueva deuda, y posiblemente de corto plazo, lo que implica intereses altos. Es decir, ya existe otro compromiso que asumir en determinado momento del mes. Sin embargo, como ya venía con los gastos tallados, para pagar esa nueva deuda comete el error de volver a endeudarse o usar instrumentos como la tarjeta de crédito.

 

Cada nueva deuda que va asumiendo para pagar cuotas o intereses, a su vez le va generando una presión adicional que el mes siguiente tendrá que ver cómo cubre. Es decir, una deuda tras otra, lo que causa que la bola se le vaya haciendo cada vez más grande.

Veamos otro ejemplo sencillo de cómo se hace una bola de nieve financiera.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Hay personas que manejan dos tarjetas de crédito y les empiezan a cargar montos altos. Cuando llega el día de pagar la primera, no tienen dinero ni para el mínimo; entonces usan la otra tarjeta para sacar efectivo (lo cual, además, implica una comisión adicional) y así poder pagar la primera.

Después, cuando llega la hora de pagar la segunda, repiten la operación, como si fuera algún tipo de genialidad financiera. Como es lógico, todos los meses el monto a pagar por cada una será mayor y, al mismo tiempo la persona irá perdiendo capacidad de pago.

En algunos casos, cuando ya las dos cuentas están hasta el tope y no pueden sacar más efectivo, la solución que encuentran es... ¡pedir una tercera tarjeta! Ya aquí la bola de nieve sí se volverá insostenible. La persona perdió el control de sus finanzas y la avalancha la sepultará tarde o temprano.

 

 ¿Cómo impedir que se formen esas bolas de nieve?

  • Evite a toda costa endeudarse para pagar cuotas de préstamos.
  • Lo ideal es generar un colchón de ahorro que sirva como respaldo para atender eventualidades si un mes cuesta conseguir el dinero.
  • Si del todo no pudo pagar alguna vez, acérquese cuanto antes a la entidad financiera para conversar sobre la situación y tratar de llegar a un arreglo que no implique sacar más préstamos.

 

Recuerde que una bola de nieve financiera puede quitarle la paz y, en casos extremos, hasta el patrimonio de su familia.

Fuentes: Eugenia Meza, gerente de Mucap, y Cámara de Bancos e Instituciones Financieras de Costa Rica

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