Las personas que ahorran viven más tranquilas

1.° de octubre de 2019
Hagamos Números

Las personas que ahorran viven más tranquilas

• Ahorrar es sinónimo de seguridad y paz. Si no tiene ese hábito, ¡anímese a empezar!

 

Aunque el dinero no trae la felicidad por sí solo, siempre es necesario un buen “colchón” económico para hacerles frente a los imprevistos de la vida.

 

El ahorro es la herramienta que permite convertir en realidad, tranquilamente, anhelos comunes de muchas personas:

 

  • Comprar casa propia
  • Cumplir un sueño, como viajar o hacerle una fiesta de 15 años de la consentida de la familia
  • Contar con un respaldo frente a eventualidades (arreglos del carro, goteras en in-vierno, enfermedades, etc.)
  • Seguir estudiando para obtener un título universitario o un posgrado

 

A pesar de que muchas personas cierran bien mes a mes, no generan ningún ahorro. Esto es un error, pues en algún momento ocurrirá algo que las va a alejar de la zona de confort financiero. Por eso, todos los presupuestos deberían incluir una parte dedicada exclusi-vamente a guardar algo para el futuro.

 

El ahorro no puede depender de lo que sobró al final de la quincena. Muy por el contrario, tiene que estar presupuestado y se debe cumplir con el mismo rigor con el que se pagan los recibos de agua y luz.

 

Para quienes no tienen este hábito, el destino casi inevitable es que -tarde o temprano- lleguen a padecer problemas económicos y, con estos, consecuencias en diversos ámbitos de su vida.

 

  • El estrés financiero puede alterar a la persona emocionalmente e incluso, en algu-nos casos, provocar cuadros de depresión.
  • Los problemas económicos afectan el desempeño laboral. Si el individuo tiene la cabeza en sus deudas, difícilmente podrá rendir bien en el trabajo.
  • La persona puede empezar a enfermarse. A esto se le llama somatizar, es decir, convertir una preocupación -como la falta de plata- en síntomas físicos. Aquí el rango es bastante amplio: desde dolores de cabeza hasta insomnio o gastritis.
  • Los malos hábitos financieros suelen ser motivo de discusión entre parejas o entre padres e hijos. Esto representa un desgaste emocional.
  • En algunos casos extremos, las deudas pueden ser sinónimo de llamadas de cobro o hasta procesos judiciales que amenacen el patrimonio.

 

“Ahorrar no significa dejar de hacer cosas”, explicó el economista Javier Angulo, director del sitio Finanzas con Propósito. “Al contrario, quienes ahorran tienen posibilidad de alcanzar metas más grandes, como viajes más largos o con mayor frecuencia, y, además, con la alegría de que no tienen que llegar a pagarlos durante años”, añadió.

 

El ahorro es una decisión consciente que se cultiva en el diario vivir. Es vencer la tentación de ir por la ropa que aparece en el descuento de la vitrina, de meterse a cenar al restaurante porque "estoy muy cansado", de cambiar el carro apresuradamente. Postergar esos gastos y hacerlos de manera ordenada significa vivir mejor, porque el ahorro equivale a tranquilidad.

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